sábado, mayo 20, 2006

Sobreático


Lo de mis vecinos no es cosa normal. Así que me veo medio obligada a hacerles un homenajea todos ellos. Porque son asin, y porque se lo merecen.


La desgracia más grande de mi edificio es que no tiene ascensor y que vivo en el sobreático, por eso tengo que pasar por delante de todas las puertas de todos mis vecinos antes de llegar a la mía.


El primer contacto que tuve con una de las marujas asesinas fue tal que así:

Yo subía las escaleras con 2 bolsas del supermercado sudando la gota gorda. Cuando me paro delante de una puerta para secarme los sudores y evitar que la bolsas me corten todos los dedos de las manos. En ese momento noto un leve movimiento de mirilla. ¿Me están espiando por la mirilla? No puede ser… la gente no se aburre tanto… creo.

Me acerco a la mirilla (que lista que soy yo eh, como en las pelis de miedo) y se abre la puerta de golpe.

- Niñaaaaaaaaaaa! ¿Qué miras? ¿Eh? (¡Peligro! Vieja enrulada.)

- Yo no miraba nada, era usted que me miraba por la mirilla…

- ¡Mira que desde que vivís aquí todo va mal! ¡Y todo es culpa vuestra!

- Vale señora, nos vemos….

- ¡Maleducada! ¡Niña!

- Adiós…

- ¡jsfdha sdqñinfasada jfieresñasjfeomle! (algo que no entendí…)


Un par de meses más tarde, mi compañera de piso Raquel, estaba en casa cuando advirtió que no teníamos agua. Fue a consultar al vecino de abajo a ver si era algo de toda la escalera. (Más tarde nos enteraríamos de que hubo un socavón en la línea azul del metro…) Baja, toca al ático segunda y no abre nadie. Va hasta el ático primera y toca la puerta. Abre un señor peculiar, más joven que la media de la escalera.

- ¡Hola! Sòc la veïna del sobreàtic. Es que no tenim aigua i els volia demanar si vostès en teníen….

- Un momento… (Va a comprobarlo) No, no tenemos agua.

- Moltes gràcies. ( Y se empieza a ir)

- ¡Oye! (Raquel se gira, para que el vecino le diga con tono solemne) YO SOY CRISTO, Y CRISTO ES DIOS.

- Vale, ¡me parece bien! , adiós.

Luego nuestro casero nos contó que es esquizofrénico el hombre, que vive con su padre amargado y que lo que más le gusta hacer en el mundo es escuchar música cañera mientras baila y grita (¡uuh uuh! ¡Yeaaahh!) encima de la mesa de la cocina. Aunque eso ya lo habiamos oido nosotras….


En fin, el panorama está mal. Cada vez que tengo que salir de mi casa, hago guardia en silencio 10 minutos detrás de la puerta para intentar no encontrarme a nadie. Pero los cabrones están esperándote detrás de la puerta para pillarte. Bajando las escaleras con Raquel, en el segundo piso a ella se le cae un caramelo al suelo. ¡Sale una vecina! ¡Mierda! Raquel pasa del caramelo y acelera para alcanzarme.

- ¡Oye niña! Se te ha caído un caramelo. (lección 1: no te fíes de la amabilidad de los vecinos, es una trampa)

- Gracias. No importa.

- ¿¿CÓMO QUE NO IMPORTAAA?? ¡Pues claro que importa! ¡Lo has tirado aposta niñata! ¡Para que cuando pasemos nos resbalemos y caigamos!

- Oiga señora, que se me ha caído sin querer…

- ¡Y a ver si limpiáis la barandilla que la tenéis llena de mierda! ¡Guarras, que sois unas guarras!

- Y usted ha subido hasta el sobreático solo para comprobar la cantidad de mierda que tiene nuestra barandilla… ¿no?

- ¡La barandilla es zona común! ¡Y la tenéis que limpiar vosotras!

- Mire señora que no somos tontas, que ya lo sabemos, pero ese trozo de barandilla solo lo usamos nosotras. A usted no le debería importar. Buenos días tenga usted, adiós

Y la tía maleducada no dijo nada y se fue. Luego dicen que los jóvenes somos maleducados. ¡Pues los viejos son marujas y cotillas que es aun peor!


Creo que cuando me vaya de este piso el mes que viene acabaré por añorarlos. Las fiestas locas de Cristo en la cocina por la noche, su padre (Dios) gritándole para que baje la música, gritándonos también a nosotras porque se oye ruido de cama por las noches (…eso es envidia, seguro…), las actas colgadas cada mes quejándose todos los vecinos de lo malas, ruidosas y guarras que somos, los cuatro pisos sin ascensor mientas cargas con las bolsas del supermercado, las marujas haciendo radiopatio en la claraboya para ponernos verdes y asegurarse de que las oímos, el perro de la del segundo ladrando a todas horas… ains.


Escuchando: la música cañera de Cristo, y a Dios gritando.

1 Comentário:

Anónimo dijo...

Buelas Laurita!

Después de leer unos cuantos "spots?¿" (no sé cómo se llama), he decidido escribirte en este,porque me ha hecho gracia ;) ...y es que vaya cuadro de edificio el tuyo...y me quejo yo de mis vecinas, y sus gritos...se ve que vosotras lo superais, eh?? ayay...jeje.

Aún me acuerdo del día que nos sentaron juntas en clase, que bien que me lo pasé luego, y te tengo qeu agradecer, que me pusiera Montse algún que otro positivo, gracias a tu ayuda, jeje. Te acuerdas?

Pues nada Laurita, que la lasaña de tu madre está muy buena (aún me acuerdo) y que espero que te vaya todo muy bien; que eres una artista, sin duda.

Besitos desde Vic ;) (pero de una ibicenca) :D

Anabel Cheng

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