Quiero ser otra persona

Bajo tierra, la cruz se carcome, se llena de bichos sucios y ella solo la agarra con la mano derecha, porque en la izquierda lleva otra cosa. Va a llover. Sube las escaleras con ella y la posa sobre el suelo, dejándolo lleno de polvo. Otra vez se han comido su yogur de fresa con helado. El cuadro está oscuro y vacío, debe ser que a esta hora no hay nadie. No se vería nada si no fuera porque al lado hay un salón de Watteau. A esa hora siempre hay fiestas en sus salones y la gente solo se distingue a través del cristal empañado de sus finas pinceladas mimosas. Todos son guapos pero nadie se mira para comprobarlo (Qué triste no saber ver la belleza de los otros). El ambiente se carga de música, sudor y deseo. Él se pasa la vida mirando a través de la ventana de Dalí, observando paisajes de Cadaqués y las piernas de esa bella muchacha. Narciso se mira en la fuente y él la mira a ella. ¿Cómo podía soportar poseer y al mismo tiempo no poseer? Y sino, cuando quiere estar solo, se va a la habitación de Van Gogh, allí seguro que nunca hay nadie. La pintura es solamente luz, pero mi cuadro es el más oscuro.